“La simiente de Maga no estaba muerta, sólo exhausta, reclamaba una cura de sueño. De tiempo. De distancia. De silencio.” Son palabras de Maga acerca del año transcurrido desde que se despidieron con un “hasta pronto”.

Doce meses y cuatro días de barbecho después, pueden dar fe de que, a veces, lo mejor que se puede hacer es no hacer nada durante un tiempo, “el justo y necesario para que, un buen día, descubras una melodía rondándote la cabeza, una imagen, una frase en la que reconoces una voz antes sin fuerza, dormida”. Melodías, imágenes y frases que se acabarán convirtiendo en un nuevo disco que Maga publicará a finales de año.